El palacio dispone de un precioso jardín de 150 metros cuadrados, diseñado con esmero y dotado de sombrillas, sofás, mesas y una boca de pozo del s. XVI, un privilegio del que pueden presumir pocos hoteles de Venecia.
Durante el verano, tendrá la posibilidad de desayunar o tomar un aperitivo vespertino en una ubicación realmente única por su elegancia y atmósfera.